Como productores agropecuarios en Uruguay, sabemos que el verano es una época de calor intenso. Nuestros equinos son especialmente sensibles a las altas temperaturas, por lo que es importante tomar medidas para protegerlos.
En este artículo, compartiremos algunos consejos que nos han funcionado para cuidar a nuestros equinos del calor.
Hidratación
La hidratación es fundamental para mantener la salud de nuestros equinos, especialmente en verano. Por eso, siempre aseguramos que tengan acceso a agua fresca y limpia en todo momento. Si es posible, colocamos bebederos en lugares sombreados y frescos.
Monitoreamos la ingesta de agua de nuestros caballos. Si notamos que están bebiendo menos de lo habitual, es un signo de deshidratación. En este caso, consultamos con un veterinario.
Sombreado
Nuestros equinos necesitan un lugar sombreado para descansar y protegerse del sol directo. Si están en un establo, aseguramos que tengan una ventana o puerta que permita la entrada de aire fresco. Si están al aire libre, les proporcionamos un refugio con sombra.
Ejercicio
Durante el verano, reducimos la intensidad y duración del ejercicio de nuestros equinos. El calor puede provocar fatiga y deshidratación, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones.
Si es posible, programamos las actividades de nuestros caballos para las primeras horas de la mañana o las últimas horas de la tarde, cuando las temperaturas son más frescas.
Protección contra insectos
Los insectos, como las moscas y los mosquitos, pueden causar molestias y problemas de salud a nuestros equinos. Utilizamos repelentes de insectos aprobados para uso veterinario para protegerlos.
También podemos colocar mantas o telas protectoras en las zonas más expuestas del cuerpo del caballo, como la cabeza y el cuello.
Otros cuidados
Además de los consejos mencionados anteriormente, también es importante:
Cepillar a nuestros caballos regularmente para eliminar el pelo muerto y los residuos.
Limpiar los cascos de nuestros caballos para evitar que se acumule suciedad y barro.
Mantener limpio el establo o el lugar donde viven nuestros caballos.
Si notamos algún cambio en el comportamiento o el aspecto de nuestros caballos, como letargo, pérdida de apetito o dificultad para respirar, consultamos con un veterinario.
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